COMUNIDADES JUVENILES, PADRE GUILLERMO GIRALDO

METODOLOGIA PARA LA FORMACION DE PEQUEÑAS COMUNIDADES

UN MANDATO DE CRISTO
MOTIVACIONES

1. Reflejo de la gloria del Dios Amor (Trinidad)

Jesús nos reveló a Dios como su Padre. Lo llamó "Abbá" (Padre querido). Nos dijo que entre los dos hay una exhalación de amor infinito: El Espíritu Santo. Nos manifestó un misterio escondido desde la eternidad: que Dios es amor (1Jn 4,8). Y nos reveló que el hombre no encuentra sentido y plenitud sino cuando se hace como Dios: cuando vive con los demás y para los demás. "Debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios... A Dios nunca lo ha visto nadie, pero si nos amamos unos a otros, Dios vive en nosotros y su amor es realidad en nosotros ( 1Jn 4, 7 ss)

Este fue el anhelo de Jesús: "Padre, que todos sean uno, como tú y yo somos uno" (cfr Jn 17,21). El reino de Dios se realiza en la fraternidad, imagen de la Trinidad. Por la fuerza del Espíritu Santo, don del Señor resucitado, los apóstoles suscitaron vigorosas comunidades cristianas que vivían en plenitud los valores del reino: "La comunidad de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma. Nadie llamaba suyos sus bienes, sino que todo lo tenían en común. Los apóstoles daban testimonio con gran poder de la resurrección del Señor Jesús y gozaban todos de gran simpatía. No había entre ellos ningún necesitado..." (Hechos 4,32-34")

2. La Iglesia: Fiel a Cristo, construye la comunidad

La Iglesia es el cuerpo de Cristo ( 1 Cor 12). El Concilio Vaticano II quiso recalcar su misión de "pueblo de Dios", del que todos somos responsables. Y llamó a los laicos a tomar su responsabilidad misionera dentro de ella. La misión no es solamente de los obispos, sacerdotes y religiosos. Es de todo el cuerpo de Cristo, con todos sus miembros vivos. Los obispos de América Latina la definieron como una comunidad fraterna caracterizada por la comunión y la participación, llamada a ser presencia de Cristo a través de cada uno de sus miembros y con un "protagonismo especial de los laicos".

A partir de la Resurrección de Cristo y del envío del Espíritu Santo, la Iglesia se dedicó a "tejer" una red de pequeñas comunidades, que fueron las células vitales que con el paso de los años integraron grandes culturas cristianas. Así realizó inmensos procesos de "inculturación del Evangelio".

Ante los problemas actuales y ante los desafíos del nuevo milenio, la Iglesia vuelve hoy sus ojos al modelo y ejemplo de las primeras comunidades cristianas, que con tanto dinamismo transformaron el mundo, a través de un proceso intenso de formación y multiplicación creciente de pequeñas comunidades.

3. Las propuesta de la Iglesia para las parroquias del nuevo milenio

Hoy ¿cómo quiere la Iglesia que sean nuestras parroquias?

Veamos lo que nos propusieron los obispos, reunidos en Santo Domingo en el año de 1992, al conmemorar los 500 años de la Evangelización de América:


- Hacer de la parroquia una comunidad de comunidades (SD 86)

- Hacer de la parroquia una presencia viva de la Iglesia, inserta entre las casas de la gente (SD 86)

- Hacer de la parroquia una comunidad orgánica y misionera, haciendo de ella una "red de comunidades". Estas comunidades deben abrir espacios de acogida y dinamismo misionero entre los fieles y multiplicar la presencia física de la parroquia mediante la creación de capillas y pequeñas comunidades. (SD 60)

- Renovar las parroquias a través de estructuras que permitan sectorizar la pastoral mediante pequeñas comunidades eclesiales en las que aparezca la responsabilidad de los fieles laicos (SD 60)

- Cualificar la formación y participación de los laicos, capacitándolos para encarnar el Evangelio en las situaciones específicas donde viven o actúan. (SD 60).

- La comunidad de base es célula viva de la parroquia, entendida ésta como comunión orgánica y misionera. La comunidad de base , integrada por pocas familias, está llamada a vivir como comunidad de fe, culto y amor, a estar animada por laicos, hombre y mujeres adecuadamente preparados en el mismo proceso comunitario. Los animadores han de estar en comunión con el párroco y el obispo. (SD 61).

- La opción prioritaria de la Iglesia es evangelizar desde comunidades vivas, con especial protagonismo de los laicos. Para que estas comunidades realicen la promoción humana integral y la liberación; y para que inculturen el Evangelio en el mundo de hoy. (SD 193)


¿COMO CREAR UNA RED DE PEQUEÑAS COMUNIDADES?
METODOLOGIA

Necesitamos un camino, una metodología para llegar a las metas que la Iglesia nos propone. La meta es hacer de la parroquia una red de comunidades vivas, dinámicas y misioneras, animadas por los laicos, que inculturen el Evangelio y que realicen la promoción integral de las personas. Perfectamente integradas y coordinadas junto al Párroco y al obispo y en comunión con la Iglesia universal. ¿ Cómo llegar a esa meta? Qué camino recorrer ? Qué pasos y qué etapas se deben realizar?


CUATRO ASPECTOS DE LA METODOLOGIA

Para llegar a la meta deseada hay que atender cuatro aspectos

1. Metodología del Proceso de Formación de una comunidad:
Cómo crear una "célula viva" de la Parroquia

2. Metodología de la Reunión interna de una pequeña comunidad:
Cómo funciona la célula al interior de sí misma

3. Metodología de la Integración:
Cómo las células se integran en un gran "tejido eclesial"

a) con toda la comunidad parroquial, en "red de comunidades"
b) con la Iglesia local diocesana

4. Metodología de la Proyección misionera de la pequeña comunidad:
Cómo el ""tejido eclesial" - la Iglesia viva y dinámica- realiza la misión de Cristo en el mundo: una Iglesia servidora y misionera.


1. METODOLOGÍA DE LA FORMACION DE UNA PEQUEÑA COMUNIDAD

1. Origen y fuente de la comunidad

La comunidad recibe la vida del Dios comunión, amor, trinidad. Y la recibe por el mandato de Cristo a la Iglesia: vayan y hagan discípulos de entre todas las naciones y bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28,19). La Iglesia convoca la comunidad en nombre de Cristo a través de sus misioneros. Así, pues, el proceso de formación de comunidades es ante todo un don de Dios y una acción del Espíritu de Jesús. Es originado por la comunidad parroquial, que hace presente la Iglesia de Jesús. Lo realizan sus fuerzas vivas: el párroco y un grupo más cercano y comprometido de laicos, seminaristas, religiosos, dispuestos a esta tarea y convencidos de su importancia.

2. Cómo iniciar la comunidad

Sembrar la semilla: la labor del misionero es poner en tierra la semilla. Según la promesa de Jesús, ella por sí sola y aún sin que uno sepa cómo, de día y de noche, crece y va desarrollándose hasta dar frutos abundantes (Marcos 4, 26-29). Uno siembra para que Dios dé el crecimiento.

El inicio se puede hacer de muchas maneras. Una muy sencilla y experimentada es la siguiente:

- Se establece comunicación con una persona concreta, miembro de una familia que tenga buena disposición para iniciar un proceso, que disponga de tiempo, de aceptación y solvencia moral; que no tenga graves dificultades laborales ni familiares.

- Se le propone que invite a unos cuantos vecinos y amigos para realizar una reunión de fe en un día determinado. Y con ese pequeño grupo se inicia la reunión.

- Se inicia la reunión aún cuando solamente venga una sola persona. En ese mismo momento de la reunión ya se ha formado la pequeña comunidad. Ya Dios ha dado el don de la vida a esa comunidad que progresivamente empezará a desarrollarse, a atraer nuevos miembros y a generar un proceso vital de organización, de vida y de acción. No hay que esperar mucha gente. Las pequeñas comunidades no pretenden aglutinar multitudes en un grupo, sino crear un grupo humano acogedor, donde sean posibles las relaciones interpersonales maduras, donde no haya masificación ni anonimato, donde cada uno pueda sentirse comprometido y responsable.

3. Crecimiento y desarrollo de la comunidad

- Se establece una reunión semanal, coordinada al principio por el misionero laico que está llevando el proceso. Durante el tiempo de crecimiento y desarrollo de la comunidad, ella depende del animador laical o del misionero que la promueve. No puede valerse por sí misma sin la ayuda misionero que la inició.

- Se establece un tiempo fuerte de encuentro de los miembros, una vez al mes. Algo así como un retiro o una jornada espiritual. No es bueno programar un día entero o un tiempo largo. Basta una jornada siquiera de tres horas. Puede hacerse en la mañana, o en la tarde, o durante una "vigilia", en la noche, procurando no trasnochar a sus miembros. ( 6 a 9 p.m.... o bien 7 a 10 p.m.). Es muy conveniente donde se pueda, que para esta jornada el grupo busque la celebración Eucarística por parte del párroco o un celebrante autorizado.

- Se crea en el grupo una mínima organización. No hay que crear organizaciones complejas. La más sencilla y suficiente para una pequeña comunidad es un animador y dos consejeros. Este equipo se nombra durante una jornada de retiros por votación del grupo. No se ha de imponer el animador desde fuera, por favoritismo o por elección del promotor de la comunidad. Debe ser una decisión del mismo grupo, en un día de oración y de discernimiento. El servicio de la animación de pacta por un tiempo determinado, ni muy largo ni muy corto. Un semestre es buen tiempo. Después se convoca a nueva elección durante un día de retiro espiritual.

- Se concreta un pequeño proyecto misionero: cada comunidad debe asumir una tarea misionera dentro de la comunidad parroquial. En un día de retiro se elige esta tarea, consultando las necesidades de la parroquia y las urgencias pastorales. Los campos son muchísimos: en la pastoral profética (evangelización, presencia misionera, uniones libres, los más alejados, pastoral ecuménica, ediciones, mensajes, hojas...); en la pastoral litúrgica (canto, celebraciones, apoyo en el año litúrgico, templo, sacramentos, preparación a los sacramentos...); y en la pastoral social (visita a enfermos, obras sociales varias, proyectos de desarrollo, presencia en las juntas comunales, en los proyectos cívicos, campañas por derechos humanos, etc.).

4. Vida autónoma de la comunidad

Culminado el proceso de formación del grupo, de la organización mínima y de la puesta en marcha del proyecto misionero, el grupo debe estar en capacidad de llevar una vida autónoma y no dependiente del misionero que lo engendró y gestó. El gesto que inicia la vida autónoma es la CONSAGRACION DEL GRUPO. Cada uno de sus miembros hace un acto público en el templo, de consagración a la comunidad parroquial a la que pertenece. Se lleva en la parroquia un libro con el registro de las comunidades y de sus miembros, sus animadores, direcciones, etc.

METODOLOGIA INTERNA DE LAS REUNIONES DE GRUPO

Hay que proveer al grupo una metodología sencilla, de carácter provisional mientras se despiertan las cualidades de la participación y la creatividad. Sigue la siguiente metodología, descrita en hoja complementaria.

Consiste en realizar los siguientes pasos:

1. Preparación de la reunión: avisar a los participantes. Ambientar el lugar: mesita, Biblia, Crucifijo... algún signo externo de una reunión de creyentes. Acogida cristiana de las personas. Compartir los nombres y datos sencillos de vida.

2. Cuando ya están siquiera dos personas, mientras llegan todos, se aprovecha el tiempo recitando el Santo Rosario y aprendiendo cantos.

3. Ronda de oración. Momento de silencio. Acción de gracias y bendición. Para ayudar, se inicia con una frase fija: Te doy gracias y te bendigo, Señor por...

4. Lectura de la palabra de Dios. Se encarga a alguno la lectura. Ver hoja de apoyo con temas y textos. Después el grupo puede buscar sus propios textos.

5. Repaso de la lectura: hasta que se entienda bien. Se hace en ronda. Todos participan por turno. Incluso quien no tenga algo especial que decir participa al menos diciendo "paso". Se inicia con una frase: yo entendí que...

6. Mensaje de la palabra: Qué enseñanza me deja. Ronda similar. Se inicia con una frase: la palabra hoy me enseña que...

7. Cantos y asuntos varios del grupo. Compromisos.

8. Peticiones. Momento de silencio. Ronda participando todos. Frase inicial: yo te pido Señor por...

9. Momento Mariano. Invocación a la Virgen María.

10. Padre nuestro: de pies y tomados de l mano en círculo recitan la Oración del Señor.

METODOLOGIA DE LA INTEGRACION

La parroquia debe ser una red de comunidades animadas por los laicos y coordinadas por el párroco, como principio de unidad y signo de "Cristo cabeza". Así se vinculan también a la Iglesia particular diocesana y a la Iglesia universal. Para ello hay que tener en cuenta los siguientes puntos:

1. La reunión de grupos de sectores.

Debe nombrarse un delegado o representante de los grupos de un sector ante la parroquia. En cada sector debe hacer un grupo creciente de pequeñas comunidades. Estas comunidades deben tener un coordinador general de sector. El coordinador del sector puede ser consagrado mediante una ceremonia y tener un "ministerio" especial dentro de la comunidad.

2. La reunión de responsables de sectores

Reunión habitual mensual o según el tiempo conveniente, con el párroco y los demás responsables de sector, para revisar la marcha, animar los sectores, evaluar la parroquia, programar con el párroco. Iluminarlo sobre puntos y acompañarlo en sus proyectos eclesiales.

3. Eucaristía...

...de las comunidades por sectores y eucaristía especial para miembros de pequeñas comunidades, con foro posterior a la Eucaristía sobre ideas, procesos, animación, etc.

4. Gran concentración de comunidades

En un lugar amplio y suficiente (coliseo o estadio), con la presencia especial del párroco, obispo, algún predicador o teólogo con un tema de fondo, ministerios de canto, confesiones, consejería, etc.

5. Campañas generales

La parroquia puede realizar campañas específicas para obras parroquiales, obras sociales, obras litúrgicas, obras de pedagogía cívica o de pedagogía de la fe, mentalización sobre grandes temas de actualidad (vida, aborto, guerra, política nacional... etc.)



6. Plan de formación ...

...de animadores de comunidades y de miembros de comunidades: encuentros, retiros, jornadas juveniles, infantiles, de parejas, de familias, etc. .

7. Celebración integrada de los tiempos litúrgicos fuertes

Cuaresma, navidad, pascua, fiestas patronales o especiales.

8. Organigrama de organización parroquial...

... con las estructuras de zona, de sectores, de animadores. Con el calendario de actividades y asignación de responsabilidades.


METODOLOGIA DE LA PROYECCION MISIONERA

La Iglesia insiste en que las pequeñas comunidades sean las que inserten el Evangelio en todos los ambientes y culturas. Y que además ayuden fuertemente a las personas en sus necesidades, especialmente a los pobres y a los que sufren. Las comunidades deben ser misioneras. ¿Cómo lograrlo?

1. La animación misionera cotidiana y habitual

... a través del testimonio de vida de los miembros de las comunidades.

2. La misión parroquial anual

Para llegar a los más alejados y motivar los que menos participan, contagiándolos de entusiasmo.

3. La misión "ad extra"

Para prestar servicios de animación misionera en otras comunidades parroquiales donde haya grandes necesidades de Evangelización. Incluir la misión ecuménica. Y la Evangelización de quienes están a punto de perder la fe y abandonar la Iglesia, o de quienes habiéndola abandonado aún pueden recuperarse.

4. La Misión Ad gentes

Tomar conciencia del deber de evangelizar fuera del país y en territorios extranjeros aún no evangelizados. Motivar la posibilidad de que laicos comprometidos de una parroquia ofrezcan sus servicios temporales y aún permanentes en tierras de misión, mediante la vinculación con Obras Misionales Pontificias. Crear un comité pro evangelización "ad gentes".

5. Promoción vocacional

Suscitar las vocaciones a la vida sacerdotal diocesana, a la vida religiosa, al ministerio laical apostólico.

6. Nuevos "aerópagos de la misión"

Realizar la presencia misionera en los que el papa llama "nuevos aerópagos de la Misión", tales como prensa, radio, TV., internet, música y danzas, cultura... etc.